Este es el verdadero clic mental de nuestra época.
Y lo puedes activar tú.
(sin dejar tu vida ni hacerte un retiro en la India)
Lo que te voy a contar ahora sobre mí podría quedarse contigo varios días.
Y quizá cambie la forma en la que ves tu vida…para transformarla en algo más real, con más sentido, y con menos guerra interna.
Es una historia real, con varios clics importantes que vas a entender aquí y ahora.
La historia que nunca pensé contar:
Hace un tiempo, le dije algo a mi psicóloga que hizo que se quedara en silencio unos segundos.
También Marina (mi pareja) me miró raro cuando se lo solté una tarde, como si no supiera si estaba de broma o hablando en serio.
«Voy a dejar de intentar ser mejor.»
Silencio.
Ella parpadeó.
Cruzó una pierna.
Miró su libreta… y no escribió nada.
Marina frunció el ceño, como si esperara el remate de una broma que no llegó.
Yo sentía el pecho apretado.
La respiración entrecortada.
Mi corazón iba como una sirena de ambulancia.
Pensaba: ¿qué coño acabo de decir?
Pero debajo del vértigo…
una especie de alivio empezó a colarse.
Lo repetí más claro, esta vez sin pestañear:
«Voy a mandar a la mierda todos los hábitos, las rutinas, los “deberías”…
Todo.
Hasta que no entienda desde dónde estoy haciendo esto, no puedo seguir.»
¿Una locura?
Tal vez.
Pero por dentro algo se había roto.
O mejor dicho, algo se había revelado.
¿Y entonces? ¿Cuál es la jugada?
Había decidido dejarlo todo.
Todo lo que, supuestamente, me estaba ayudando a salir del vacío.
Todo lo que —según el manual de desarrollo personal— iba a salvarme.
Todo lo que me prometía convertirme en “mi mejor versión”.
Así que, como soy cabezón, seguí:
Cuanto antes suelte toda esta milonga a la que me he atado, mejor estaré.
¿Cómo voy a ser mi mejor versión si ni siquiera sé si quiero vivir esta vida que estoy forzando?
Tenía miedo de dejarlo todo, claro.
¿En serio iba a tirar a la basura todo ese “crecimiento”?
¿Yo, que había logrado meditar 45 minutos al día, cambiar mi alimentación, sostener hábitos imposibles y hasta enfrentarme a mi entorno para vivir “consciente”?
¿Yo, que ya tenía mi versión 2.0 casi instalada?
Pues sí.
Lo dije alto y claro:
Lo mando todo a tomar por saco.
No pienso hacer ni una técnica más hasta saber quién coño soy… y desde dónde estoy haciendo todo esto.
Mi psicóloga se quedó muda.
Marina me miraba con esa mezcla de “¿qué dices?” y “ojalá yo también pudiera”.
Yo solo sabía una cosa:
había algo que no encajaba…
y tenía que encontrarlo.
Y ahora, la gran pregunta de esta historia:
¿Qué me llevó a dejarlo todo en busca de mi verdad?
Fue esa sensación de estar haciendo mucho, pero sin avanzar realmente.
Y sí… algo cambiaba. Pero solo lo justo para seguir funcionando.
No para sentirme libre.
Por más que meditara, escribiera, me duchara en agua helada o comiera como un monje…seguía sintiéndome como un fraude.
Porque llevaba años matándome a ser mejor.
A demostrar que podía.
A exigirme como si me estuviera preparando para una guerra.
Pero en el fondo…ni siquiera sabía para qué.
Cada hábito, cada técnica, cada intento de arreglarme… salía del mismo sitio:
El miedo.
La autoexigencia.
El personaje que había construido para sobrevivir.
Y claro…
Cuando eliges tus hábitos desde el personaje, no importa lo buenos que sean: están condenados a romperse.
Porque no nacen desde lo real.
Nacen desde lo que crees que te falta.
Desde lo que deberías ser.
Desde el miedo a no estar a la altura.
Y así no se puede sostener nada.
Ni la meditación.
Ni la gratitud.
Ni la calma.
Ni la vida.
Pero lo más jodido no eran los hábitos.
Era cómo me relacionaba con los demás.
A pesar de todo ese “crecimiento”, había cosas que no habían cambiado:
Reacciones desproporcionadas.
Conversaciones donde necesitaba tener razón.
Sensación de que nadie me entendía.
Críticas constantes en mi cabeza.
Y esa vocecita, siempre ahí:
“Deberías ser mejor. Deberías estar más presente. Deberías…”
El ego no solo me hablaba. Me usaba. Y yo, sin saberlo, le estaba dejando el volante de mi vida.
Hasta que un día, me harté.
Y decidí hacer algo radical:
Dejar de arreglarme y observar al personaje que no paraba de exigirme ser mejor.
Y ahí empezó el cambio real.
Cuando dejas de tomar decisiones desde la carencia y empiezas a hacerlo desde lo que eres, todo cambia. Ya no eliges hábitos para tapar vacíos, sino porque encajan contigo. Porque tienen sentido de verdad.
La autoexigencia se desinfla cuando entiendes de dónde viene. Ya no necesitas forzarte tanto para sentir que vales. Empiezas a moverte desde el cuidado, no desde la presión.
Y entonces sí, puedes construir una vida con sentido. No solo una rutina bonita en apariencia, sino una forma de vivir que te resuena por dentro. Más auténtica. Más tuya.
Eso es evidente.
Sigo.
Después de contarle eso a mi psicóloga y a Marina, tiré casi todo por la borda.
Y empecé a vivir separado del personaje, un poco más cada día.
No, no me convertí en un desastre.
No dejé de meditar.
No me fui al sofá a comer donuts.
Pero algo sí cambió.
Por primera vez, empecé a elegir desde otro lugar.
No desde lo que “debería” hacer… sino desde lo que me hacía bien de verdad.
Lo que antes era lucha constante, ahora tenía dirección.
Y apareció una calma que no venía de hacerlo todo perfecto… sino de dejar de hacerme la guerra.
Dicho esto, toda persona que aprenda a desmontar su personaje y a observar al ego, empieza a vivir una vida mucho más auténtica, más suya, más en paz.
Y lo mejor es que cualquier hijo de vecino puede hacerlo.
Da igual si has meditado mil veces
o si no tienes ni puta idea de por dónde empezar.
Este clic lo puedes activar tú.
Ahora.
Desde donde estés.
Es el gran clic mental de nuestra época. Y no importa si vienes de hacer retiros en el Himalaya o si estás tirado en el sofá comiéndote unos donuts.
Esto no va de cuánto has hecho.
Va de atreverte a ver quién eres sin todo eso que has cargado para sobrevivir.
Y sí:
puede que sea el único cambio que de verdad necesitas.
Ya, ya lo sé.
Tu vida es un caos, tienes mil cosas encima, y no estás para filosofar sobre el ego.
Pero justo por eso tienes que hacerlo.
Porque si no lo desmontas tú, él seguirá manejando el timón por ti.
El ego no se esfuma.
Pero sí puedes aprender a verlo venir.
Y cuando lo ves, deja de tener el poder de siempre.
No desaparecen los días difíciles.
Desaparece la voz que los empeora.
No dejas de esforzarte.
Pero por fin sabes para qué.
Puedes seguir cambiando hábitos sin entender desde dónde…
O puedes empezar desde la raíz. Desde el clic.
No es que vayas a ser más feliz —que lo serás—
Ni que todo sea paz y amor —pero habrá más calma—.
Y es que —probablemente— sea la forma más directa, sostenible y jodidamente inteligente de vivir desde lo que eres.
Y te aseguro que sé de lo que estoy hablando.
Desde que empecé a desmontar al personaje —ese ego que dirigía mi vida en piloto automático—, he conseguido vivir con más calma, presencia y claridad que nunca, incluso en medio del caos de ser padre, trabajar y no llegar a todo.
Y lo hice sin afirmaciones frente al espejo, sin retiros místicos de 10 días en silencio, sin visualizar mi yo ideal cada mañana, y sin forzarme a seguir rutinas que no me hacían bien.
No fue magia.
Fue observación. Fue consciencia. Fue bajarlo a tierra.
He requeteleído a Eckhart Tolle.
He estudiado neurociencia con Nazareth Castellanos.
Y aunque todo eso sumó, lo que realmente me transformó fue vivirlo con los pies en el suelo: en las duchas rápidas con mi hijo gritando, en la ansiedad camuflada de productividad, en las ganas de mandarlo todo a la mierda un martes cualquiera.
Y no solo lo vi en mí.
Amigos que me conocieron en mis épocas más exigentes me lo han dicho:
“¿Qué coño has hecho? No eres el mismo”.
Y tenían razón.
Ya no era el personaje que conocieron.
Era yo. Por fin.
He inspirado a personas cercanas —y no tan cercanas— a empezar por ahí.
Y he visto cómo, solo con eso, han dado pasos reales hacia una vida más libre, más simple, más suya.
Sé cómo ayudarte a dejar de auto-sabotearte con buenas intenciones.
Sé cómo mejorar tu atención, tu consciencia y —lo más importante—
cómo sostenerlas en el día real, con hijos, trabajo, conflictos y prisas.
Por eso he creado esta formación.
Para todo hijo de vecino con ganas de parar el piloto automático, desmontar al personaje y empezar a vivir desde algo más real.
Te lo cuento bien, para que lo mires con calma.
Allá va:
√ El error más común que comete casi todo el mundo cuando intenta “calmar la mente” (y por qué los que más lo intentan son los que acaban sintiéndose peor).
√ Lo que nadie te dijo sobre cómo se crea tu experiencia de vida (y por qué entenderlo te da paz inmediata).
√ La parábola budista que explica por qué sufres más de lo que duele.
√ La historia real de cómo se creó tu “yo”… y por qué sigues defendiéndolo aunque te haga daño.
√ Motivos por los qué cuanto más te analizas, más te alejas justo de lo que estás intentando encontrar.
√ Lo que en realidad hay detrás de tu necesidad de controlarlo todo (y cómo reeducar a tu mente para que deje de agotarte).
√ Las cinco trampas del ego que te mantienen dormido aunque creas que estás “despierto”.
√ El papel del ego que más frena tu evolución (y por qué casi nadie lo ve venir).
√ El truco más sutil del ego para seguir al mando incluso cuando dices que lo estás observando.
√ El descubrimiento de un grupo de neurocientíficos que confirma lo que los monjes sabían hace siglos.
√ El error que cometen los que quieren “sanar”... que acaban más rotos que antes (y cómo evitarlo).
√ Una técnica ridículamente simple para bajar del pensamiento al cuerpo (sin tener que irte a un retiro). Solo necesitas 3 pasos.

√ La forma más rápida de descubrir quién eres realmente (sin repetir frases frente al espejo).
√ Lo que sucede cuando dejas de buscarte en los pensamientos (y empiezas a sentirte en silencio).
√ Cómo distinguir entre la voz del ego y la voz de lo real.
√ Por qué las relaciones son la herramienta de conciencia más potente que tienes (y la que menos usas).
√ Los motivos por los que apartarte de los demás para estar “en paz” solo fortalece tu ego.
√ La forma en la que nunca deberías reaccionar cuando alguien te hiere (si no quieres volver al mismo bucle).
√ El error que cometen casi todos los que “despiertan” y terminan estancados.
√ La mejor forma de mantener la calma sin depender de meditaciones eternas ni rutinas imposibles.
√ Cómo traducir tu despertar interior en acción consciente, sin postureo espiritual ni ansiedad productiva.
OJO, ESTO NO TE LO ESPERAS:
El curso son 7 clases online.
Pero en una de ellas —la sexta, un bloque extra—, en los últimos 18 minutos y 15 segundos, aprenderás a convertir tus relaciones más jodidas en tu mejor maestro.
Aunque el rollo del ego no te termine de encajar todavía, esto lo vas a poder aplicar igual en tu día a día.
Y solo con eso, ya amortizas el precio del curso.
Aunque sea ridículo.
Y si lo haces… Tu transformación va a ir a toda leche. Solo necesitas 3 pasos.
Preguntas que no te haces, pero deberías...
¿Qué incluye ?
Casi todo lo que necesitas para dejar de vivir en piloto automático, autosaboteado por el ego y sus trampas más comunes. Con ideas claras, herramientas prácticas y ejercicios para que lo apliques desde el día 1. Nada de teoría mística que se te olvida al día siguiente. Además de eso, hay un bloque extra donde te enseño a usar tus relaciones como un acelerador brutal de cambio. Solo esto vale más que todo el curso. Si haces esto, tu transformación se multiplica. Si no lo haces… bueno, tienes que hacerlo.
¿Cómo es el material?
Lo he trabajado en 5 clases, de 1 hora 32 minutos y 13 segundos y un extra de 13 minutos y 17 segundos. Además, incluye 7 páginas con ejercicios sencillos y prácticos que te harán ver por qué mejorar la relación contigo mismo es más importante que cualquier hábito, y cómo aplicarlo para que tu vida no vuelva a ser un parche sobre el ego.
¿Y si ya he hecho cursos de desarrollo personal? ¿Y si no tengo ni idea de qué es el ego?
Te sirve igual. Si ya has recorrido parte del camino, vas a descubrir trampas comunes en las que probablemente sigues cayendo… y formas nuevas de avanzar sin repetir los mismos errores de siempre. Y si lo del ego aún te suena lejano, este curso es perfecto para empezar desde cero. Y no solo eso, el bloque extra sobre el ego en las relaciones es extraordinariamente útil para todo tipo de personas —estén en proceso de cambio o no.
¿Cuándo empieza el cambio?
La primera clase es el martes 18.
¿Qué precio tiene?
El precio es de 17€ y jamás bajará, sólo seguirá subiendo.
Si te interesa es aquí:
17€
*Impuestos incluidos
PD: ¿Y si es verdad que cualquiera puede cambiar su identidad (lo verás dentro) y eso realmente marque la diferencia? ¿Y si es verdad que no hay nada que te dé más claridad, libertad y autenticidad? ¿Dejarás pasar 5 meses? ¿Un año? ¿Vas a seguir buscando la siguiente herramienta mágica, el siguiente podcast, el siguiente hack para ser tu “mejor versión”? Mientras otros ya han soltado ese personaje que los tenía atrapados…y están avanzando desde un yo más real, más libre, más suyo. Esta es la gran oportunidad de nuestra época.
Este curso tiene TODO lo que necesitas para desmontar al personaje y empezar a vivir desde un yo más real. Más tuyo. Estés en el punto que estés. Todo lo que tienes que hacer —y lo que no—, las ideas, las trampas comunes y las herramientas prácticas están dentro. En conclusión… ¿y si conocer tu verdadera (identidad) cambia tu vida más de lo que imaginas?
Buen día.
Iván Vidal
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